Una inquilina del barrio de A Salgueira sufrió quemaduras en las manos cuando intentaba sofocar un incendio en su casa, cuyo interior quedó calcinado. La residente logró huir pero volvió a entrar para rescatar su pertenencia más valiosa: su violonchelo.
El incendio se originó en una estufa y se extendió a un cojín o edredón. La mujer vertió un balde de agua pero, a la vez, cayó el cojín al suelo y se levantó una gran llamarada. Perdió la mayoría de sus pertenencias, que quedaron destruidas por el fuego o por el agua que usaron los bomberos para extinguir el fuego.
El incendio comenzó a las 7.20 horas en una casa de bajo y planta en la calle Martelas, número 101, a la altura de la asociación de vecinos. En el bajo reside un informático y, en el piso superior, la inquilina afectada. La única moradora es la joven M.M.F., de 28 años.
Según relatan los vecinos, la joven se levantó a las siete y se fue a duchar. Tenía encendida una estufa de radiador a la vista. Por causas desconocidas, un cojín tocó la estufa y comenzó el fuego. Algunas fuentes indican que la joven, al salir de la ducha y darse cuenta del fuego, vertió un caldero de agua pero que, entonces, se produjo una gran llamarada y extendió el fuego al resto de la habitación.
La joven salió fuera de la casa con quemaduras leves en sus manos. Al poco, volvió a entrar para salvar sus enseres pero solo pudo retirar a tiempo un violonchelo. El fuego calcinó una habitación, el salón y otra estancia.
Cuando llegaron los bomberos y las patrullas de la Policía Local, la única ocupante estaba en la calle a salvo. Algunas fuentes señalan que la joven quería volver a entrar para recoger más cosas pero las personas que acudieron a socorrerla la convencieron de que era muy arriesgado.
Fuente: La Voz de Galicia
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