martes, 8 de febrero de 2011

Muere Gary Moore, 'embajador' europeo del blues


El cada vez más reducido mundo del blues está de luto. La muerte de Gary Moore, fallecido este domingo a los 58 años en un hotel de la localidad malagueña de Estepona por causas que se desconocen, supone el adiós de uno de los más famosos embajadores de un género esencial en la música popular. Guitarrista de amplias dotes, Moore formó parte de esa generación de músicos europeos que en los sesenta, en plena eclosión del rock, admiraron desde jóvenes las esencias del blues americano que cruzó el Atlántico y experimentaron sobre su base rítmica, ampliando sus horizontes estilísticos aunque desvirtuando en muchas ocasiones el espíritu de los pioneros negros.

Nacido en Belfast (Irlanda del Norte), Moore era el guitarrista irlandés más conocido del mundo gracias a sus numerosas colaboraciones con grandes del blues como B. B. King o Albert Collins, dos de sus maestros, y a su pertenencia fugaz pero recordada en Thin Lizzy, la banda de raíces blues más fascinante de la escena irlandesa. Su carrera en solitario, llena de altibajos y experimentos varios, fue reconocida sobre todo por sus aplaudidos directos y discos más que notables, como Victims of the future, Still Got Blues o After hours.

De la escuela británica de guitarristas amantes del blues, como Eric Clapton o John Mayall, Moore siempre tuvo de referencia a los padres afroamericanos del género, pero su influencia más directa y reconocible fue Peter Green, guitarrista de Fleetwood Mac. Como Green, no destacaba tanto por su fraseo rápido como por su expresividad, donde no había problemas para las recreaciones sin perder el sentido del ritmo.

Con la cabeza llena de discos de blues, Moore, que se aficionó a la guitarra con no más de siete años, mientras acudía al salón de baile que regentaba su padre, no era mayor de edad cuando comenzó su carrera profesional al entrar a formar parte de Skid Row, grupo en el que el guitarrista conoció a Phil Lynott, futuro líder y hacedor de Thin Lizzy.

La salida de Eric Bell de Thin Lizzy permitió que Lynott llamara a filas a Moore, que pudo dejar su huella en las cuerdas en el tema Still in Love with you, una de las baladas más emotivas de la banda. Pero Moore, siempre inquieto y deseoso de manejar su futuro profesional, estaba llamado a hacer carrera en solitario, aunque fue reseñable su intento de tocar dentro de una banda cuando se unió al grupo BBM junto a Jack Bruce y Ginger Baker, base rítmica de Cream.

Durante años, Moore se postuló como un guitarrista aficionado a diversos estilos desde el heavy rock hasta la música celta, que le llevaron por sendas demasiado pantanosas. Sin embargo, no quiso dejar de reivindicar su pasado blues y, de esta forma, bajo una etiqueta promocional de bluesman universal, un tanto cargante, publicó en 1990 el destacado Still got the blues (con las colaboraciones de Albert Collins, Albert King y George Harrison) o en 2001 Back to the blues. En la última década, su figura había adquirido talla de maestro en Reino Unido y para buena parte de Europa, donde siempre gozó de más reconocimiento que en Estados Unidos.


Fuente: El País

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